miércoles, 15 de diciembre de 2010

Cuatro semanas, tres semanas, dos semanas y una semana. Lo que viene en películas en 2011.

(Escrito el 15 de diciembre de 2010)

Así como dicen que Papá Noel y el niño Dios por separado, pero también en alianzas estratégicas, llegan cargados de regalos para disfrutar el siguiente año, las diversas compañías cinematográficas también llegan cargadas con su lista de películas que exhibirán en 2011. Pero como bien ha sido tradición de mercadeo y de público, no todas las películas llegarán a Bucaramanga sino que solo llegarán algunas de ellas.  Claro, esta no es plaza para tanta diversidad, aquí la mayoría de veces el público quiere más de lo mismo, pero con diferente empaque.  A continuación les presentaré una selección de las películas que posiblemente puedan verse el próximo año. La organización está hecha de acuerdo a un tiempo potencial de duración en la cartelera. Vamos a ver que puede cumplirse de esta predicción.

Cuatro semanas
Estas son las películas que esperan sus productores y distribuidores sean las que más dinero recauden.  Por esa razón son las que durarán más tiempo exhibiendo  sus posters en las entradas y mayor parafernalia publicitaria van a tener.   Estas son las que mayor inversión de dinero tienen por lo tanto tienen la expectativa de un mayor lucro.  Irán a la ganancia fija porque ya tiene al público cautivo. Sin más preámbulos estas serán las secuelas que se verán:  Terminator 5, Piratas del Caribe 4, Kung fu panda 2, Sin city 2, Transformers 3, Harry Potter y las reliquias de la muerte 2, Cars 2, Fast five (Rápido y furioso 5) , Sherlock Holmes 2, Señor y  señora Smith 2, Hangover 2,  GI JOE 2  y Misión imposible 4, entre otras.
De este grupo puede recomendarse desde ya ver Sherlock Holmes 2, Hangover 2, Piratas del Caribe 4 y Misión imposible 4. Las dos primeras porque sus primeras partes dejaron una buena impresión. Por su parte Piratas del Caribe 4 es una franquicia exitosa que ha sabido mantener su aire aventurero, además de incorporar a Penélope Cruz en su reparto y continuar con otra aparición de la estrella de rock Keith Richards y Misión Imposible 4 porque la dirige Brad Bird el hombre que hizo la asombrosa película de animación Los increíbles.  De las otras me reservo cualquier comentario, porque ninguno será favorable.

Tres semanas
Para las tres semanas en cartelera hay una prioridad con continuar sacando réditos a la recreación de las nuevas aventuras de antiguos héroes de televisión. Debido a que las generaciones más jóvenes no tienen mucha noticia de ello vendrán los siguientes traspasos de la pantalla chica a la pantalla grande, cuando desde unas tres décadas atrás sucedía al revés:  El avispón verde héroe sin tanto nombre en los setentas que tuvo cierta fama posteriormente porque dio el paso a la televisión a la estrella número uno de las artes marciales y la más mítica de las figuras por su muerte prematura: Bruce Lee.  Tiene además el aval de ser dirigida por el fránces Michel Gondry uno de los directores más creativos, quien por fin cede a dirigir una película de Hollywood con imposiciones de los productores. 
Linterna verde otro de los superhéroes de la liga de la justicia a quien precisamente no se le había hecho justicia porque es de los pocos que no tenía película con actores.  Está en la dirección Martin Campbell quien dirigió Casino Royale la última buena película de James Bond y protagonizada por Ryan Reynolds por quien nadie apostaba mucho, hasta cuando realizó Enterrado.
Y para cerrar este grupo tenemos las películas animadas infantiles que fueron producidas por la factoría de Hanna – Barbera: El oso Yogi y Los pitufos.  El primero si que era divertido, los segundos bastante aburridos, pero Hollywood los transformará en aventureros. Lo único bueno de ellos son las casas en las que viven.
Volviendo a los mitos de los pueblos europeos que tanto han aparecido en los últimos años, tendremos una nueva versión del héroe escandinavo Thor que ya tuvo su propia serie de televisión animada en los años sesentas, que no era muy buena por cierto. Lo que llama la atención es que detrás de la cámara está uno de los grandes directores británicos, el también actor Kenneth Branagh quien ya se había arriesgado con Frankenstein y una versión estilizada de Hamlet.  Este es un signo de buenas probabilidades en la copia final. Estará protagonizada por Chris Hemsworth, Natalie Portman y Anthony Hopkins.  Es probable también que llegue la película Inmortales de Tarsem Singh protagonizada por Henry Cavill, Mickey Rourke, Freida Pinto y John Hurt. Esta vez revivirán a Teseo quien luchará contra el rey Hyperion, ayudado por los dioses.

Dos semanas
Apostando a que solo estarán dos semanas en cartelera hay un grupo bastante desigual. En primer lugar las películas nominadas a diversos premios como El Cisne negro de Darren Aronofsky, protagonizada por Natalie Portman. Aunque trate del mundo del ballet en las manos del Aronofsky se vivirá una cruda pesadilla.  Es seguro que su protagonista será torturada.   También estará Amor y otras adicciones de Edward Zwick con un amor enrevesado en el mundo farmaceútico con el viagra incluido. Estelarizarán Jake Gillenhaal y Anne Hathaway. El discurso del rey con Colin Firth, Helena Bonham Carter y Geoffrey Rush sobre un episodio de educación y valentía inglesa en la segunda guerra mundial, quienes recordemos fueron los más valientes de todos, y finalmente El luchador con Mark Whalberg que tiene un parecido con Rocky pero que se soporta en la actuación secundaria de Christian Bale (Batman).  En grupo aparte estarán películas de directores reconocidos como el infatigable Clint Eastwood quien por fin hace una película del mundo sobrenatural en Hereafter con Matt Damon. Y quien repite también con su actor predilecto es el siempre retorcido David Cronenberg, quien una vez más trabaja con Viggo Mortensen para contar la extraña relación en el mundo del psicoanálisis entre Sigmund Freud y Carl Jung en Un método peligroso.
Por otro lado está la extraña combinación del género del western con ciencia ficción en Cowboys & Aliens de Jon Favreu protagonizada por Daniel Craig (James Bond) y Harrison Ford.  Hay que esperar que sale como resultado. Le acompaña la última película producida por el francés Luc Besson llamada Colombiana quien la co escribe también, continuando con su saga de mujeres asesinas esta vez contando la historia de una mujer que vengará a su familia asesinada en Bogotá.
Terminando este disímil grupo de dos semanas en cartelera estarán tres cintas colombianas que llaman poderosamente la atención. La primera de ellas es Los colores de la montaña de Carlos César Arbeláez  que recibió el premio del público y una Mención especial del jurado en el Primer Festival Internacional ‘Cine político para el siglo XXI’, en España, y también en el Festival de Cine de Toulouse en Francia donde fue premiada en la categoría “Cine en construcción”. Manteniendo las costumbres colombianas, primero tuvo que recibir aplausos fuera del país, para que el público nacional se le acerque. Trata el conflicto de unos niños con un balón caído en un campo minado.   Le sigue Todos tus muertos de Carlos Moreno (Perro come perro)  con Alvaro Rodríguez y Jorge Herrera que cuenta con el aval de estar seleccionada en el festival de Sundance 2011.   Es la historia un campesino que en plenas elecciones encuentra varios cadáveres en su cultivo de maíz.  Y entrando en terrenos más arriesgados en el género del thriller está El páramo de Jaime Osorio Márquez en la que un comando especial de alta montaña es enviado a una base militar en un páramo donde solo encuentran encadenada a una mujer.

Una semana
Y para no perder la esperanza de que puedan llegar películas interesantes al menos por una semana hay un listado que ojalá pueda tener algunas de ellas por acá, así sea por error o por block booking de los distribuidores.  Estas son Haywire de Steven Soderbergh, la inglesa London Boulevard de William Monahan , la argentina Carancho con Ricardo Darín y de España La piel que habito de Pedro Almodovar quien vuelve a trabajar con Antonio Banderas y  Mientras duermes de Jaume Balagueró con Luis Tosar.  Creo que con estas últimas le estoy pidiendo mucho al niño Dios, pero es bueno pedirle mucho, para que al menos salga con algo. A veces la esperanza es lo último que se pierde aunque los antiguos griegos no creían mucho en ella.

lunes, 13 de diciembre de 2010

La red social: no es nada de negocios, es personal

(Escrito el 8 de diciembre de 2010)


Para muchos la rutina del día empieza con un café. Para otros es infaltable una siesta al mediodía en su usanza diaria. Algunos antes de acostarse ven un poco de televisión por costumbre. Pero más de 500 millones de personas en el mundo tienen como rutina en algún momento del día revisar su página de facebook, la red social más grande del mundo a cualquier hora del día.
Una película acerca de este fenómeno de la internet se estaba demorando en salir y cuando podía ser una de esas obras que busca exaltar de manera épica el espíritu norteamericano de la individualidad, el esfuerzo, el enriquecimiento y la creación de empresa como tantas otras que terminan exhibiéndose en canales de televisión familiares, La red social (The social network) tomó otro camino y centró su temática en las motivaciones personales que llevaron a sus creadores a fundar uno de los negocios más prósperos del mundo en internet.
Desde su escena inicial el poder de los diálogos y las intenciones de sus personajes envuelven la atención y se desarrolla la historia en tres distintas líneas narrativas conectadas entre sí, con elipsis hechas por corte sin ningún truco, lo cual demuestra el oficio de sus realizadores para contar la maraña de relaciones, traiciones y engaños de sus protagonistas.
En primer lugar hay que alabar el guión de Aaron Sorkin, un especialista en series de televisión quien fue el creador de tres maravillosas series en Estados Unidos como lo fueron The West Wing, Sports Night y Studio 60 on the sunset strip.  La primera de ellas en especial fue una de las constantes ganadoras de premios Emmy y Globos de oro entre otros, porque su galería de premios fue numerosa.  Hay mucho oficio en su escritura y los diálogos son una de las fortalezas de la obra, que además se apoyan en la dirección de David Fincher uno de los mejores directores del país del norte en la actualidad. Fincher vuelve a los personajes enredados que caracterizan su filmografía en películas como Seven, Zodíaco, El juego y El club de la pelea, que retratan la figura humana contemporánea que es presa continua de la ansiedad y la psicosis.
La película contiene mucha información técnica de los sistemas de computación y para digerir esto,  tiene un notable montaje que hila toda la historia sin dejar información suelta.  La composición de la música original por parte del siempre creativo Trent Reznor (Nine inch nails) también es otro punto a favor porque se aleja por completo del empalagamiento melódico de los clásicos músicos de cine.
Las actuaciones son otro tema de peso, porque la película no usa ningún actor famoso que pudiera absorber la atención para tener más brillo en su camino al estrellato. Jesse Eisenberg interpreta a Mark Zuckerberg con toda la complejidad de este egoísta personaje. Andrew Garfield está a la altura como el bondadoso Eduardo Saverin y Armie Hammer de manera sorprendente hace un doble papel como los gemelos Winklevoss.  Incluso sale muy bien parado Justin Timberlake como el polémico Sean Parker demostrando que si tiene futuro en la actuación. ¿Quién iba a pensar que después de haber sido parte de la frivolidad de la banda ´NSYNC tuviera madera para la actuación?
Llama poderosamente la atención la escena de la competencia de remo en la que David Fincher se da gusto peculiar y deja su sello ahí,  asimismo como su final que es antológico porque en esa escena se contiene toda la esencia de la película.  Así no se tenga facebook, La red social está muy recomendada para ver, y los que tenemos facebook podemos poner debajo de un comentario en el muro el ícono: me gusta.

Enterrado: cine bajo tierra

(Escrito el 17 de noviembre de 2010)



Desafortunadamente por la invasión de tantas películas norteamericanas llenas de escenas de acción, grandes explosiones, persecuciones, gritos y muchos disparos,  gran parte del público se ha malacostumbrado a que estos elementos son infaltables en una producción actual de género.  Por esa razón la película Enterrado de Rodrigo Cortés no puede ser degustada como una obra diferente porque carece de estos elementos. Esta es una obra claustrofóbica que le cierra el horizonte al espectador de los grandes escenarios y lo obliga a vivir una aterradora función encerrado en un ataúd junto a Paul Conroy, un transportador norteamericano que es secuestrado en Irak, por un grupo que quiere un rescate de un millón de dólares por él.
Esta es una película en la que su director el español Rodrigo Cortés demuestra una alta destreza narrativa al mover la cámara durante 95 minutos dentro del ataúd, sin ninguna toma en exteriores y un único actor en pantalla.   Como thriller se sostiene todo ese lapso con la ubicación de la cámara en balanceados cambios de emplazamiento que impiden caer en la monotonía pero que tampoco llega a la exageración como suele pasar en la gran mayoría de producciones de Hollywood, apoyado además en un redondo guión de Chris Sparling.   
Esta es una película que funciona como muestra de la época actual en cuanto al uso de la tecnología, solo que en medio de las dos caras que puede tener la moneda, esta cinta elige el lado nocivo con la posibilidad de usar un celular como arma de control, presión y manipulación.   Con un flojo resultado la película Cellular de David R. Ellis en 2004 había usado el potencial del teléfono celular para la salvación de un secuestro, pero terminaba siendo un producto de entretenimiento bastante inverosímil en varias escenas.  Pero Enterrado va mucho más allá, con diferentes posibilidades de iluminación provenientes de las mínimas fuentes luminosas con las que cuenta Conroy que le van dando también una atmósfera minimalista que se disfruta aun más por el uso narrativo de los básicos temores humanos como lo son la oscuridad y el silencio.
La notable actuación de Ryan Reynolds quien es exigido física y emocionalmente por este personaje enterrado bajo tierra, lo lleva a un nivel superior como actor después de una trayectoria caracterizada por comedias de temporada de vacaciones junto a Sandra Bullock y de secuelas de películas de acción como Blade y X-Men. En esta oportunidad Reynolds interpreta a un ciudadano común que se ve obligado a ir a Irak para mantener a su familia y que luego de un ataque es sepultado vivo. 
Además de estas virtudes, la película tiene una gran escena en la que hace una corrosiva crítica a las corporaciones y a sus cláusulas de trabajo donde el individuo tiene siempre las de perder. Metros bajo tierra Enterrado pone el dedo en la llaga en la política de los grandes conglomerados que hacen uso de una mayor crueldad en sus leyes que incluso la que hacen con su propia mano los perpetradores del protagonista.
Su final es magistral y el momento de clímax de la obra ayuda a disfrutarlo con mayor presión. Ojala el público pueda disfrutarla como otros experimentos narrativos anteriores como El proyecto de la bruja de Blair o REC entre otras. Claro que pedir eso en Bucaramanga, puede ser demasiado.

domingo, 12 de diciembre de 2010

The town: el territorio de Ben Affleck

(Escrito el 2 de noviembre de 2010)



El caso de Ben Affleck es uno de los más interesantes en la actualidad de Hollywood. Inició su carrera como actor en películas independientes,  después fue actor secundario en películas de los grandes estudios.  El paso siguiente fue convertirse en una de las promesas al ganar un premio Oscar como guionista, lo que le dio pie para llegar al estrellato. Tocó el cielo como superestrella de costosas producciones y finalmente participó en varios bodrios de películas, llegando también a ganar un premio Razzie a la peor interpretación. En 2006 sorprendió a la crítica con su interpretación de George Reeves el actor de televisión que interpretaba a Superman en 1959 y que fue asesinado en extrañas circunstancias. 

Gana el premio de la Copa Volpi en el festival de Venecia a la mejor actuación y en 2007 logra otro acierto al dirigir su primera película Adiós pequeña, adiós (Gone baby gone) con la que demostró habilidad para profundizar en los personajes en un cauteloso trabajo con los actores, para crear tensión sin exageraciones e igualmente para describir detalladamente el contexto  del mundo del crimen.

Ahora está en cartelera la segunda película de Affleck como director llamada The town pero que está exhibida con un título en español que despista bastante: Atracción peligrosa.  Lo valioso de Affleck es que está película con un mayor presupuesto que la anterior tiene como punto de partida el barrio Charlestown de la ciudad de Boston porque es el lugar en los Estados Unidos con el mayor récord en el número de atracos a bancos, lo que convierte a los criminales de este territorio en unos especialistas que han heredado esta habilidad para delinquir.   Para sus obras personales Affleck eligió la ciudad de Boston donde se crió en su niñez y juventud, aunque vivía al lado en la ciudad de Cambridge.  

Los barrios bajos son los de su predilección tanto para los dos protagonistas del guión de Good will hunting con la que ganó el premio Oscar junto a su amigo Matt Damon, como para el escenario de investigación del secuestro de una niña en Adiós pequeña, adiós con personajes bastante toscos e inescrupulosos. La verosimilitud de estos la generó la escritura de los diálogos con un acento cercano al del lugar, que también usa Affleck en The town, solo que en esta última están al servicio del género del thriller policiaco que predomina en la estructura narrativa de la película.    Las secuencias de acción son diferentes a otras vistas con anterioridad,  en especial la persecución por las estrechas calles después del segundo robo y la escena de clímax en la que se enfrentan la banda de criminales con la policía.  La trama es básica y avanza con firmeza sin tantas sorpresas, porque está sostenida en notables actuaciones de Jeremy Renner en especial, asimismo la de Rebecca Hall, Jon Hamm, Pete Postlethwaite, Blake Lavely y la breve aparición de Chris Cooper quien en pocos minutos deja bien planteado un personaje acabado por su propia naturaleza.   El más débil en este punto es incluso el mismo Affleck quien además de co escribir la adaptación al cine de la novela de Chuck Hogan, hace el papel del personaje principal que en algunas escenas no parece un personaje tan rudo y peligroso como el exigido por el guión de los herederos irlandeses del norte de los Estados Unidos.
El duelo para detener al líder de los atracos Doug MacRay (Ben Affleck) por parte del jefe investigador del FBI Adam Frawley (Jon Hamm) recuerda por momentos a la pugna librada entre dos de los grandes actores Robert De Niro y Al Pacino en aquella obra maestra de género policíaco llamada Heat (Fuego contra fuego) de Michael Mann, incluso en su combate abierto en las calles, pero hay que traer también a la memoria que las dos últimas películas de duelos policíacos de Mann, Miami vice y Enemigo público salieron mal libradas, y en esa renovación Affleck supera a Mann considerablemente. 

Con menos talento en la actuación pero más en la dirección, Affleck sigue el camino de grandes actores de Hollywood que agotados por el sistema emprendieron proyectos personales en la dirección que dejaron grandes obras para rememorar.   Entre ellos están Robert Redford quien hizo 8 películas con una intención más social sobresaliendo con Ordinary people ganadora del premio Oscar a mejor película en 1981. Paul Newman hizo 6 películas de corte más personal, sobresaliendo El efecto de los rayos Gamma sobre las margaritas en 1972.  También está Mel Gibson quien se ha caracterizado por la polémica en sus obras sobresaliendo con Brave heart en 1996. No se puede hacer esta revisión sin hablar  del director más arriesgado en su visión de autor que rebela las desgracias de las relaciones personales como lo fue John Cassavettes quien realizó 12 películas dándole un reconocimiento a la producción independiente llegando en 1974 a estar nominado a dos premios Oscar con su mejor obra Una mujer bajo la influencia protagonizada por su esposa Gena Rowlands como siempre.  Finalmente en esta lista se encuntra Clint Eastwood, considerado el último de los directores clásicos con quien Affleck ya tuvo un punto en común: el novelista Dennis Lehane. Ambos hicieron las adaptaciones de sus libros Río Místico en el caso de Eastwood y de Adiós pequeña, adiós de Affleck, ambas situadas en la ciudad de Boston.    La primera película sigue siendo la mejor de Affleck, pero The town es una oportunidad de continuar viendo una carrera prometedora como director, que cuenta las historias de una ciudad que está alrededor de esa famosa imagen de lugar especial para la educación, medicina y economía que se vende para una gran cantidad de su población, pero que tiene peligros, mentiras y resentimientos para otro gran número de sus habitantes. El cine sirve para quitar esas máscaras y Affleck como artista, desnuda ese imaginario.

La sociedad del semáforo: supervivencia en los semáforos

(Escrito el 19 de octubre de 2010)



Cuando los noticieros no son suficientes para que la realidad se evidencie en imágenes y sonidos, cuando los documentales no tienen suficiente difusión para que se profundicen las duras historias urbanas, entonces es cuando el cine de ficción puede en casos excepcionales hacer un aporte masivo, para que Colombia no se olvide de los submundos que existen en las ciudades, en cualquier esquina y en este caso en cualquier semáforo.
Una de las tantas tristes realidades colombianas es el fenómeno de la indigencia en  los centros urbanos, que pasó de tener décadas atrás a unas decenas casos en Bogotá, hasta llegar a convertirse en una amplia realidad que día a día suma más personas por causa de los diversos problemas de Colombia: enfrentamientos políticos, violencia en los campos, robo de tierras, avaricia de los terratenientes, corrupción, guerrilla, narcotráfico, paramilitarismo, maltrato familiar, miseria absoluta y también enfrentamientos personales. En conclusión, a las calles de las ciudades llegan los problemas de todo país.
Como el estado es aun incapaz de resolver esta creciente problemática las personas que llegan a las ciudades tratan de sobrevivir de la manera que sea en Bogotá, una de las ciudades más difíciles y rudas de Latinoamérica. Algunos van a vivir en los grandes cinturones de miseria que rodean la ciudad, otros se las arreglan en los espacios que apenas quedan libres en cualquier esquina, puente o parque.  El relato del joven director Rubén Mendoza se centra en estos personajes que dependen del tiempo que dura la luz roja de un semáforo del centro de la ciudad para conseguir unas cuantas monedas. Esta opera prima de Mendoza tiene como protagonista a Raúl un desplazado del Chocó, quien sobrevive en las calles de Bogotá recogiendo material para el reciclaje.   Tiene un pequeño paraíso construido en una montaña fuera de la ciudad que visita muy poco, ya que sus asuntos diarios de supervivencia lo ocupan demasiado entre actividades como recoger material en los basureros, tratar de enviarle unos zapatos por correo a su hija en el bajo Baudó, drogarse con sus compañeros y también con su última ocurrencia: detener más tiempo la luz roja de un semáforo para que todos los que viven de cualquier invento ambulante tengan mayores ganancias. La gran mayoría de sus protagonistas son actores naturales de esa zona de Bogotá conocidos con anterioridad por el director para ser retratado con el mayor realismo este viaje a las tinieblas urbanas. Por su carácter natural no suenan tan creíbles sus diálogos en algunas escenas, pero su imagen real retoma la verosimilitud con creces.
En esta obra no se encontrará ninguna complacencia con la creatividad ni el famoso rebusque colombiano, ni tampoco con la ternura que se puede hallar en los lugares más golpeados, ni mucho menos con un pequeño triunfo que deje al espectador con un sentido de esperanza de que la realidad inmediata pueda mejorarse.  La película se orienta más a los lazos que establecen los personajes en su micromundo.
La sociedad del semáforo tiene escenas impresionantes como el suicidio por horca de uno de los niños en el semáforo, las fantasías de Raúl y Cienfuegos, el viaje al infierno en un momento de opulencia de su protagonista, la secuencia de road movie durante el viaje al interior de Boyacá mientras la acompaña una hermosa canción del santandereano Edson Velandia y finalmente su estruendosa escena final en la que los protagonistas hacen catarsis en una pequeña revolución de unos minutos, porque ese será su único momento en que podrán ser visibles para el mundo que los desprecia, en ese momento es cuando podrán en medio de la violencia, desatar su rebeldía.
El viaje al pueblo de Cienfuegos es uno de las escenas más reveladoras que tiene la película, porque es ahí cuando se muestra que hay detrás de las cicatrices, olores y ropas raídas de uno de los líderes de ese semáforo y devela precisamente que detrás de estos sobrevivientes hay una persona con familia y con pasado. En esa secuencia se revela su identidad pero de manera tosca, sin bienvenidas, apena con una digna despedida.  Esta es una película valiente que abandona por momentos la obligación narrativa de tener una historia que sostenga su estructura, porque por momentos la atención del director se concentra en la vivencia diaria, pero no con una mirada complaciente y lastimera, sino con la rabia de los que tienen que aguantar lo peor de la sociedad colombiana, sin mayores aliados que los propios seres que les acompañan en la misma desgracia.